sábado, 16 de noviembre de 2013

Manuel Barón - Ciclo Nuevas Propuestas - Alianza Francesa - Bogotá.






Si les humoristes ayant eu recours à la photographie sont rares, en revanche les photographes qui ont créé des images avec humour ne le sont pas autant. En ce qui concerne les premiers, nous pourrions penser à Willian Wegman ou à Yasumasa Morimura, et , pourquoi pas, à Patricia Bonilla, brillante bien qu´inconnue,qui réalisa, à la fin des années 70 et au début des années 80, une série d´autoportraits qui devançaient ce que nous verrions autour de nous plusieurs dizaines d´années plus tard.  Dans le deuxième cas, nous pourrions penser à Weegee ou Eliot Erwitt, et bien sûr à Carlos Caicedo et d´autres journalistes graphiques qui ont eu recours à l´instant décisif pour capturer sur un graphique des micro-évènements qui se passent littéralement en un clin d´oeil.

Manuel Barón appartient aux deux catégories. À l´aide de l´équipement le plus basique, il a pris des séquences photographiques afin de réaliser des observations sur la vie quotidienne, des mises en scène d´évènements routiniers qui se passent dans le temps lent du jour après jour. Dans ces petits récits apparaît clairement une critique de la modernisatión sans modernité, de la politique de développement à outrance, de l´asymétrie entre le centre et les régions, et de la survivance du rural dans le domaine urbain, traits caractéristiques de la société colombienne. Quant à l´expression de notre nature sociale, Barón remémore l´écrivain et dessinateur Roberto Fontanarrosa qui affirma " on ne produit pas l´humour qu´on veut, mais celui qu´on peut faire, celui qui sort".
Dans cette exposition, dans une série d´oeuvres réalisées au cours de l´année passée, Manuel Barón a effectué le passage vers la vidéo, en faisant usage désormais du temps et du mouvement, tout en maintenant l´extrême économie de moyens qui le caractérise, sans que la nature essentielle de ses séquences s´en trouve altérée pour autant.
En outre, l´artiste a inclus une pièce graphique - La Cardeñosa de Lengupá - dans laquelle il complexifie certaines figures idéologiques - la construction de l´identité, le nationalisme, l´indigénisme - sans que cette intervention cesse d´être, ou du moins de paraître, un hommage subtil à nos artistes Rómulo Rozo et Sergio Trujillo Magnenat.
Mise à part l´acuité avec laquelle Barón a interprété nos particularités sociales, cette exposition démontre comment matérialiser des idées visuelles identiques au moyen de la synthèse graphique et du langage de la vidéo.



Santiago Rueda

Título: La Cardeñosa de Lengupá             Autor: Manuel Barón
La Cardeñosa de Lengupá



Les premiers espagnols à s'être aventurés sur le territoire des Teguas - furent trente hommes faisant partie d'une délégation envoyée par Gonzalo Jiménez de Quesada, en 1537, dans le but d'explorer les plaines orientales.

Les chroniqueurs racontent qu'alors qu'ils se frayaient un chemin entre les buissons, ils furent soudainement surpris en voyant une indienne d'une telle beauté qu'on l'aurait remarquée dans n'importe quel androit du monde.

Elle possédait tellement d'attributs que tous la regardaient avec admiration, la comparant  à une dame de Santa Marta nommée la Cardeñosa,  à  laquelle elle n'avait rien à  envier: en effet, son allure était identique, quant à sa beauté, si frappante, tout à  la fois modeste et grave, elle aurait pu rivaliser avec celle d'une espagnole plus parée.

La Cardeñosa de Lengupá était guérisseuse, elle dominait les arts curatifs et thérapeutiques, et était chargée de préparer les breuvages au moyen des indications que lui donnaient les sages Teguas.


( Ce qui auparavant était territorie Tegua appartient aujourd'hui aux municipalités de Macanal et Campohermoso, dans la région du bas Lengupá du département de Boyacá ).

martes, 20 de agosto de 2013

La mirada del artista Manuel Barón dentro del contexto contemporáneo

Por: Oscar Ayala


La revisión y análisis de la producción de un artista localizado en una región, -digámoslo, periférica-, implica la identificación de los elementos constitutivos propios de su entorno, como son su historia y su lugar exclusivo dentro de las coordenadas de la geopolítica actual. Para determinar el trayecto que fundamenta su articulación y su voz dentro del contexto local y global, es necesario como primera medida, refrescar las lecturas y representaciones que de alguna manera se han establecido alrededor de su trabajo, para poder luego, dirigir una nueva mirada que ubique esta producción dentro de universos de sentido y de significado dentro del diálogo de las ideas y sistemas de pensamiento estético actuales, es decir, encontrar su lugar respecto del presente.

Como ciudad ubicada en el hemisferio sur del retórico “occidente” enunciado de manera asidua desde el comienzo de la era moderna, Tunja vive con la gran sección de la geografía que la delimita, una larga historia de opresión. Desde su lugar en el colonizado "tercer mundo", ya no puede ostentar los títulos de nobleza que le fueron concedidos por el rey español Carlos V cuando era la ciudad más próspera, culta y pujante de la Nueva Granada. Hoy es una ciudad por fuera del mapa, anulada a nivel regional por su decadencia, sin embargo comparte con su hemisferio, el escepticismo y el instinto de supervivencia que por su exclusión cultural ha tenido.
Fragmento Obra: " Con La Comida No Se Juega"  Autor:  Manuel  Barón

Este diagnóstico inicial, que parece describir una situación sombría, obliga a la construcción del pensamiento local a definir ciertas actitudes en el propio territorio. Desde el campo cultural, con las particularidades que condicionan y que determinan también su potencialidad representativa, los sujetos deben hacer trascender en el escenario de la pluralidad su agenciamiento ético, estético y político. Es aquí donde el arte entra en escena como generador de sentido, para la reconstrucción de espacios, objetos y relaciones en la creación material y simbólica de un territorio común. Es la experiencia de lo común, lo que buscaría un arte que pueda considerarse político, el establecimiento de un diálogo entre acción y discurso, produciendo objetos y acontecimientos que introduzcan la duda y lo inédito, para poder encontrar su lugar respecto del presente.

Una postura que ubique en su justo término la herencia histórica  debe fundamentar ese lugar, no como un acomodamiento o un seguimiento a la tendencia, sino como una toma de distancia  respecto del lugar y del propio tiempo. En este caso, el artista que es llamado a ser contemporáneo de su tiempo debe ver en él lo que está presente en éste de manera negativa. “la atención a ese no-vivido es la vida del contemporáneo”  (Agamben, 2007: 28).

Las composiciones fotográficas, videos y demás trabajos del artista tunjano Manuel Barón, denotan un vínculo estrecho con la cotidianidad de su contexto,  pero también una mirada respecto a este desde un distanciamiento. No es la mirada que tiene la capacidad de apresar el instante o que devele en el paisaje lo relevante, es más bien una manera de ver que permanentemente está prefigurando el presente, de tal manera que nos remite a una vida continua que se mueve mientras estamos ausentes, la mirada de lo que nos estamos perdiendo hoy.
En su reseña de la exposición del artista, Recreando historias[1], el curador Santiago Rueda dice:

 “Manuel Barón (...) Ha realizado secuencias fotográficas -con el equipamiento más básico- para realizar observaciones sobre la vida cotidiana, puestas en escena de eventos rutinarios que suceden en el tiempo lento del día a día. En estos pequeños relatos es clara una crítica a la modernización sin modernidad, al desarrollismo, a la asimetría entre centro y región, y la pervivencia de lo rural en lo urbano que caracteriza a la sociedad colombiana”.

Frente a la alusión de Rueda hacia la mirada crítica de Barón, podemos agregar que se trata de quien  tiene el ojo pulcro del buen observador que mira, aprende y discurre sobre las posibilidades de su entorno. A través de sus fotografías, que son construidas como viñetas de comic, con  situaciones prosaicas de su propio contexto,  Barón desenvuelve el cariz de una sociedad que no ha sido relatada. En cuanto al señalamiento que hace Rueda de que  “es clara una crítica a la modernización sin modernidad, al desarrollismo…” ,  podemos acotar que Barón vincula al lenguaje plástico una mirada nueva hacia ese estado de precariedad de su entorno y que no lo hace desde una confrontación, lo hace desde el señalamiento de la posibilidad de un mundo sin normas preestablecidas. Tampoco lo hace con una visión externa hacia lo marginal, precisamente la “recreación” de sus historias es desde adentro a través de un juego de absurdos y puesta en escena de verdades  que se contradicen como conjuro de su propia realidad.

En estas situaciones “recreadas” de su cotidianidad, nos ubica en ese contexto inmediato, la casa, la calle, la esquina, la carnicería, nos envía al lugar donde acontece lo que acontece, la Tunja que es.  La ironía salta a la vista como juego retórico en la contraposición entre imagen y título cuando constatamos que se trata de una realidad única e indivisible. Como ejemplo de este tipo de ironías visuales tenemos la serie Actividades ilegales en Colombia (2007-2008), con los trabajos: “Collar bomba”, “La tajada”, “Pinta para-política” y “Procesamiento de coca”.
Título:  Procesamiento de Coca           Autor:  Manuel Barón           Técnica:  Fotografía


En el catálogo de la exposición realizada en la galería Impressions de Londres, Once more, with feeling - Recent photography from Colombia , Santiago Rueda,  hace la siguiente reseña:

Manuel Barón, representante de la nueva ola de fotógrafos colombianos,  trabaja en Tunja, importante centro artístico durante el período colonial español, pero que hoy en día es una ciudad  deteriorada que sirve como parada en la ruta que une el oriente y el centro del país. Barón explora la marginalidad y el subdesarrollo de su ciudad, inventando situaciones marcadas por un ingenioso sentido del humor. Barón siempre ha vivido y trabajado en Tunja y sus secuencias fotográficas recuerdan el trabajo de un dibujante de comic. Como ejemplo, dos de sus obras se refieren a un absurdo "programa espacial" que sólo existe en la imaginación del artista. En La Conquista del Espacio, (2005), Barón fotografía la secuencia de un empleado de la compañía de electricidad cambiando la bombilla de un poste de la ciudad. La Era Espacial, (2005), es una secuencia que muestra el lanzamiento de un "volador" (fuegos artificiales artesanales muy ruidosos), por parte de un viejo campesino desde la terraza de su casa. En Cambio Extremo, (2005), Barón usa el nombre de un popular programa de televisión en el que a los participantes se les ofrece una transformación física mediante algunos procedimientos estéticos (peeling, botox y cirujías plásticas), pero muestra la secuencia de un mecánico cambiando el neumático de un viejo taxi, utilizando sus herramientas rudimentarias. (Santiago Rueda, 2008)



En la trayectoria de este redescubrir la cotidianidad de su entorno, Barón muestra una persistencia hacia una especie de conjuro de la representación instituida de su realidad, realidad que en el juego diario muestra su verdadera cara. En las diversas composiciones fotográficas es evidente el signo trágico de la exclusión y la trasgresión sociales que una comunidad como la de Tunja ha sobrellevado históricamente. Sin embargo sin ningún tipo de idealización Barón muestra el desparpajo de una población que ha generado las estrategias para sobrevivir a la perdida en su razón de ser, en el vaciamiento de  su conciencia colectiva por el menoscabo y  por el desprecio hacia sí misma en las tensiones auto-destructoras de una sociedad mestiza. Lo hace y en el intento resuelve el problema señalando una auto-representación social muy fiel. La estrategia, como lo señala el curador Rueda es “su ingenioso sentido del humor”, humor que tampoco establecemos como humor burlesco o sarcástico que se ríe de sí mismo en la tragedia, es el humor diáfano de quien vive la vida plenamente y es capaz de darle al apunte el tono eficaz. Se podría concluir que la crítica de Barón no es hacia el estado de su sociedad en ensayo sino a la representación que se ha hecho de esta, generando una nueva que corresponde a una condición más cercana. Su mirada hacia los aspectos de su sociedad está determinada por elementos de juicio que muestran una realidad muy clara, y cuando su puesta en escena es absolutamente opuesta con respecto a lo que se suponía que debía ser, la paradoja se convierte en el lente que evidencia más la claridad.

El plano de composición que nos presenta Barón muestra la movilidad de la vida habitual, hay un rompimiento temporal y espacial, donde también la jerarquía entre autor-espectador se disuelve en la complicidad, Tal vez muchos no comprendan alguna de sus historias “recreadas”, dado el condicionante de su referencia, pero es precisamente en ese plano que se establecen las mismas condiciones, por supuesto hay una interpelación pero ante esta no podemos pasar desapercibidos. En su trabajo “Objeto volador no identificado”, el autor nos muestra la secuencia de un tejo (el instrumento del popular juego netamente boyacense “turmequé”), lanzado hacia su objetivo. Al final lo que podemos constatar es el humo desprendido del choque en el violento aterrizaje, por supuesto que es el humo desprendido de la mecha estallada. Pero, ¿Quién que desconozca el juego y sus circunstancias puede saber eso?. Así la imagen borrosa del objeto volador no identificado, se muestra como documento, puede ser como metonimia de una cultura, o simplemente como el registro o montaje de un cazador de ovnis.

Las imágenes producidas en  la mixtificación de la era global son un compendio infinito y casi siempre superfluo en el limbo real y virtual en que se desplaza nuestra cultura visual. Frente a la fugacidad y el agotamiento, es preciso establecer marcos de diálogo para este tipo de obras que se instauran como una recuperación de lo periférico, de lo no visible, de lo “no digno de ver”, pues precisamente en un examen del arte contemporáneo, hay que verificar las disposiciones de entrada de las culturas que se piensan como posibilidad, dentro de los complejos procesos sociales que legitiman un sentido.

BIBLIOGRAFÍA.

Agamben, Giorgio, (2009). Desnudez. Buenos Aires: Adriana Hidalgo Editora.
Arendt, Hannah. (1993) La condición Humana. Barcelona: Paidós.

Rancière, Jacques. (2010) El espectador Emancipado. Buenos Aires: Manantial

Rueda, Santiago. (2008) Once more, with feeling - Recent photography from Colombia.     Catálogo. Impressions Gallery.
Rueda, Santiago. (2011). Ciclo Nuevas Propuestas - Alianza Colombo-Francesa – Bogotá.

[1] Recreando historias. Ciclo Nuevas Propuestas - Alianza Colombo-Francesa - Bogotá, 2011